martes, 30 de junio de 2015

Bloque 1: Lenguaje, lengua y comunicación oral

La primera actividad, consiste en una propuesta de comunicación oral en el aula en torno al tema del proyecto que se va iniciar pretendiendo motivar a los niños. Es una clase de 23 niños de 3º de primaria. A los niños de esta edad, les gusta expresar sus ideas, gustos y emociones a los demás pero sobre todo sentirse escuchados.
El lenguaje forma parte de la vida diaria en casi todos sus momentos, especialmente cuando se está dentro de un grupo social, como ocurre en el colegio. Esta actividad tiene como objetivo principal  la interacción  grupal de todos los niños en un ambiente distendido.
Las intervenciones que la maestra debe realizar son para hacer preguntas abiertas, recogiendo lo que acaba de decir el último para estimular la conversación. Aquí el papel fundamental es de mediadora para escuchar, dar la palabra y hacer preguntas.
He elegido el tema de los hábitos saludables  y esta actividad será la motivación para el inicio del proyecto. Así pues el diálogo consistirá en saber los conocimientos previos de los que parten los alumnos.

La edad de este grupo es de los 7-8 años. El momento evolutivo de estos niños según Piaget es de las operaciones concretas e (inicio de la lógica), y de los sentimientos morales y sociales de cooperación (de los siete a los once-doce años).  Estos niños acaban de dejar de lado el egocentrismo y son capaces de salir de sí mismos para establecer un diálogo compartido con el otro, es decir, un intercambio comunicativo en el cual el niño es capaz de escuchar las opiniones de sus compañeros, al margen de la suya, apoyándola con argumentos.
Además, tienen un lenguaje que ha evolucionado durante la etapa de infantil y  se expresan con soltura mediante oraciones coordinadas bien estructuradas. Esta actividad es muy buena para que desarrollen la técnica de hablar en público dado que les ayuda a organizar su cabeza para expresar sus ideas, a respetarse y a trabajar la timidez.
Para organizar la actividad se les pedirá a los niños que  se coloquen en un círculo de manera que puedan  no solo escucharse, sino verse. Ya que en el lenguaje  importa no solo lo oral, sino lo corporal, la posición, la mirada. Cualquier momento para dialogar es bueno, pero es necesario crear un clima de respeto y armonía que propicie esa acción.
Lo ideal para colocar al grupo seria que los más activos, y con buena participación, estén dispersos por el grupo de tal forma que creen un buen clima fomentando la participación de todos. Por otro lado los más movidos, que tienden a interrumpir se coloquen cerca de la profesora.
Antes de comenzar se recordarán las normas de convivencia que ya han ido asimilando durante la EI:
-          Respeto del turno de palabra
-          Escucha atenta a los compañeros
-          Aceptar diferentes opiniones
-          Participación activa
Los niños deben sentir que la profesora tiene verdadero interés en escuchar lo que quieren contar y que los demás le escuchen haciendo preguntas que permitan al niño precisar mejor o contar cosas que quiere decir y de hacer partícipes a todos de las historias de los compañeros.
Además la maestra debe  conseguir mantener el interés y la atención y escucha activa durante todo el discurso de los niños y para ello pueden utilizarse algunas preguntas:
¿Cuáles son los hábitos saludables? ¿Porque crees que son importantes? ¿Porque es importante beber agua? ¿Cuánta agua hay que beber? ¿Es importante ducharse todos los días? ¿Hay que hacer ejercicio?....
Se debe en todo momento incidir en las aportaciones que va haciendo cada alumno en base a la respuesta que ha dado otro previamente. Se deben ir cerrando apartados dentro del tema, para dar paso a otros.
La tarea más difícil de esta actividad es conseguir que todos hablen. Dado que una sesión conversacional es una situación donde deben hablar sobre todo los niños, donde la profesora tiene un papel de coordinación y estimulación de la interacción oral, donde se debe prestar especial atención a los niños con más dificultades en participar. No se pretende transmitir conocimientos, sino desarrollar la expresión oral.
Debe haber un punto intermedio entre una actividad dirigida, y una situación incontrolada. Los niños deben recibir un feed-back de sus aportaciones

La profesora debe favorecer que el niño que no suele participar lo haga de manera espontánea sin verse coaccionado, de tal forma que se desprenda de su timidez y aporte lo que piensa y siente. Viéndose reforzada cada aportación por mínima que sea.

EL CASO DEL NIÑO QUE NO PARTICIPA
Hay que vigilar a este niño de cerca y conocer bien el entorno social y familiar en el que se encuentra dado que puede que le pase algo más grave como puede ser un trastorno de  comunicación verbal de origen emocional (mutismo selectivo). Tomar la palabra frente a un grupo desarrolla la confianza del niño en sí mismo. El hecho de expresar sus ideas ante un grupo de compañeros interesado en escucharlo, es un poderoso medio para que el estudiante aumente progresivamente su confianza en sí mismo y romper con la barrera de la timidez por ello es esencial que se respeten las normas de convivencia ya enumeradas. Repetir la frase última que diga este niño en concreto y a todos de forma general favorece que él se dé cuenta que está siendo escuchado.

EL CASO DEL NIÑO QUE INTERRUMPE
 Él  quiere imponer sus ideas y habrá que saber cuál es el motivo de su comportamiento, si es por llamar la atención o bien es que le ocurre algo externo que le influye en su estado emocional. Pero ante todo y durante la actividad nunca reñir, es preferible ignorar las malas conductas  y no hacer ningún comentario a no ser que incumpla las normas. Las normas están para seguirlas, y en este caso se le recordarán al niño. Las acciones tienen consecuencias no castigos o recompensas.  
Para evaluar la actividad se tendrá en cuenta los siguientes items:

Empezando
En progreso
Conseguido
 Participación activa



 Escucha a sus compañeros



Valora la opinión de los demás



Se interesa y pregunta para entender a sus compañeros/as



Utiliza los recursos corporales como apoyo al lenguaje verbal



Se interesa por hablar bien y hacerse entender



Los argumentos que expone tienen relación con el tema



Se expresa de manera correcta: pronuncia los sonidos y las palabras con corrección y claridad



Respeta la estructura de las oraciones y formula correctamente las preguntas.





CONCLUSIÓN
Con esta actividad me he dado cuenta de que los niños no saben dialogar. Necesitan seguir unas pautas, unas normas, que les ayuden a interaccionar con el igual. Están acostumbrados a ser el centro de atención de sus casas, donde todos los adultos les prestan atención cuando hablan y crean monólogos particulares. Esto no es dialogar
Hay que promover la escucha y atención, esto supone interiorizar unas pautas de respeto hacia las opiniones de los otros. Para que esto suceda los niños deben poder verse para que exista una comunicación verbal y no verbal, necesaria para la interacción.
Las conductas disruptivas están presentes en el aula y aquí la tarea de la profesora es de conocimiento de cada niño, comprensión y escucha sobre lo que le sucede. Creo que es el punto más complicado para la profesora cuando tienes una clase tan amplia y no consigues que todos tengan su momento, tan importante para ellos.
Durante el diálogo es preferible que la maestra  haga preguntas de abiertas que permitan a los niños estructurar el pensamiento y explicar más extensamente sus ideas.
Ante niños más tímidos hay que propiciar su integración en el grupo valorando su participación y enmarcando lo positivo de sus aportaciones.
Muchas veces la vorágine del día a día favorece que los niños más activos y que interrumpen eclipsen a los más tímidos, pero debemos darle la vuelta y remarcar lo positivo de ambos tipos de niños, impulsando la participación y la escucha.

No debemos olvidarnos de la autovaloración como profesora en la conversación, que debe ser de mediadora y nunca convertir el dialogo en algo rígido, cerrado y dirigido. 

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