La primera actividad, consiste en una propuesta de
comunicación oral en el aula en torno al tema del proyecto que se va iniciar
pretendiendo motivar a los niños. Es una clase de 23 niños de 3º de primaria. A los niños de
esta edad, les gusta expresar sus ideas, gustos y emociones a los demás pero
sobre todo sentirse escuchados.
El lenguaje forma parte de la vida diaria en casi todos sus
momentos, especialmente cuando se está dentro de un grupo social, como ocurre
en el colegio. Esta actividad tiene como objetivo principal la interacción grupal de todos los niños en un ambiente
distendido.
Las intervenciones que la maestra debe realizar son para
hacer preguntas abiertas, recogiendo lo que acaba de decir el último para
estimular la conversación. Aquí el papel fundamental es de mediadora para
escuchar, dar la palabra y hacer preguntas.
He elegido el tema de los hábitos saludables y esta actividad será la motivación para el
inicio del proyecto. Así pues el diálogo consistirá en saber los conocimientos
previos de los que parten los alumnos.
La edad de este grupo es de los 7-8 años. El momento
evolutivo de estos niños según Piaget es de las operaciones concretas e (inicio
de la lógica), y de los sentimientos morales y sociales de cooperación (de los
siete a los once-doce años). Estos niños
acaban de dejar de lado el egocentrismo y son capaces de salir de sí mismos
para establecer un diálogo compartido con el otro, es decir, un intercambio
comunicativo en el cual el niño es capaz de escuchar las opiniones de sus
compañeros, al margen de la suya, apoyándola con argumentos.
Además, tienen un lenguaje que ha evolucionado durante la
etapa de infantil y se expresan con
soltura mediante oraciones coordinadas bien estructuradas. Esta actividad es
muy buena para que desarrollen la técnica de hablar en público dado que les
ayuda a organizar su cabeza para expresar sus ideas, a respetarse y a trabajar
la timidez.
Para organizar la actividad se les pedirá a los niños que se coloquen en un círculo de manera que
puedan no solo escucharse, sino verse.
Ya que en el lenguaje importa no solo lo
oral, sino lo corporal, la posición, la mirada. Cualquier momento para dialogar
es bueno, pero es necesario crear un clima de respeto y armonía que propicie
esa acción.
Lo ideal para colocar al grupo seria que los más activos, y
con buena participación, estén dispersos por el grupo de tal forma que creen un
buen clima fomentando la participación de todos. Por otro lado los más movidos,
que tienden a interrumpir se coloquen cerca de la profesora.
Antes de comenzar se recordarán las normas de convivencia
que ya han ido asimilando durante la EI:
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Respeto del turno de palabra
-
Escucha atenta a los compañeros
-
Aceptar diferentes opiniones
-
Participación activa
Los niños deben sentir que la profesora tiene verdadero interés
en escuchar lo que quieren contar y que los demás le escuchen haciendo
preguntas que permitan al niño precisar mejor o contar cosas que quiere decir y
de hacer partícipes a todos de las historias de los compañeros.
Además la maestra debe
conseguir mantener el interés y la atención y escucha activa durante
todo el discurso de los niños y para ello pueden utilizarse algunas preguntas:
¿Cuáles son los hábitos saludables? ¿Porque crees que son
importantes? ¿Porque es importante beber agua? ¿Cuánta agua hay que beber? ¿Es
importante ducharse todos los días? ¿Hay que hacer ejercicio?....
Se debe en todo momento incidir en las aportaciones que va
haciendo cada alumno en base a la respuesta que ha dado otro previamente. Se
deben ir cerrando apartados dentro del tema, para dar paso a otros.
La tarea más difícil de esta actividad es conseguir que
todos hablen. Dado que una sesión conversacional es una situación donde deben
hablar sobre todo los niños, donde la profesora tiene un papel de coordinación
y estimulación de la interacción oral, donde se debe prestar especial atención
a los niños con más dificultades en participar. No se pretende transmitir
conocimientos, sino desarrollar la expresión oral.
Debe haber un punto intermedio entre una actividad dirigida,
y una situación incontrolada. Los niños deben recibir un feed-back de sus aportaciones
La profesora debe favorecer que el niño que no suele
participar lo haga de manera espontánea sin verse coaccionado, de tal forma que
se desprenda de su timidez y aporte lo que piensa y siente. Viéndose reforzada
cada aportación por mínima que sea.
EL CASO DEL NIÑO QUE NO PARTICIPA
Hay que vigilar a este niño de cerca y conocer bien el
entorno social y familiar en el que se encuentra dado que puede que le pase
algo más grave como puede ser un trastorno de
comunicación verbal de origen emocional (mutismo selectivo). Tomar la
palabra frente a un grupo desarrolla la confianza del niño en sí mismo. El
hecho de expresar sus ideas ante un grupo de compañeros interesado en
escucharlo, es un poderoso medio para que el estudiante aumente progresivamente
su confianza en sí mismo y romper con la barrera de la timidez por ello es
esencial que se respeten las normas de convivencia ya enumeradas. Repetir la
frase última que diga este niño en concreto y a todos de forma general favorece
que él se dé cuenta que está siendo escuchado.
EL CASO DEL NIÑO QUE INTERRUMPE
Él quiere imponer sus ideas y habrá que saber
cuál es el motivo de su comportamiento, si es por llamar la atención o bien es
que le ocurre algo externo que le influye en su estado emocional. Pero ante
todo y durante la actividad nunca reñir, es preferible ignorar las malas
conductas y no hacer ningún comentario a
no ser que incumpla las normas. Las normas están para seguirlas, y en este caso
se le recordarán al niño. Las acciones tienen consecuencias no castigos o
recompensas.
Para evaluar la actividad se tendrá en cuenta los siguientes
items:
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Empezando
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En progreso
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Conseguido
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Participación activa
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Escucha a sus compañeros
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Valora la opinión de los demás
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Se interesa y pregunta para entender a sus compañeros/as
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Utiliza los recursos corporales como apoyo al lenguaje verbal
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Se interesa por hablar bien y hacerse entender
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Los argumentos que expone tienen relación con el tema
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Se expresa de manera correcta: pronuncia los sonidos y las palabras
con corrección y claridad
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Respeta la estructura de las oraciones y formula correctamente las
preguntas.
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CONCLUSIÓN
Con esta actividad me he dado cuenta de que los niños no
saben dialogar. Necesitan seguir unas pautas, unas normas, que les ayuden a
interaccionar con el igual. Están acostumbrados a ser el centro de atención de
sus casas, donde todos los adultos les prestan atención cuando hablan y crean monólogos
particulares. Esto no es dialogar
Hay que promover la escucha y atención, esto supone
interiorizar unas pautas de respeto hacia las opiniones de los otros. Para que
esto suceda los niños deben poder verse para que exista una comunicación verbal
y no verbal, necesaria para la interacción.
Las conductas disruptivas están presentes en el aula y aquí
la tarea de la profesora es de conocimiento de cada niño, comprensión y escucha
sobre lo que le sucede. Creo que es el punto más complicado para la profesora cuando
tienes una clase tan amplia y no consigues que todos tengan su momento, tan
importante para ellos.
Durante el diálogo es preferible que la maestra haga preguntas de abiertas que permitan a los
niños estructurar el pensamiento y explicar más extensamente sus ideas.
Ante niños más tímidos hay que propiciar su integración en
el grupo valorando su participación y enmarcando lo positivo de sus aportaciones.
Muchas veces la vorágine del día a día favorece que los
niños más activos y que interrumpen eclipsen a los más tímidos, pero debemos
darle la vuelta y remarcar lo positivo de ambos tipos de niños, impulsando la
participación y la escucha.
No debemos olvidarnos de la autovaloración como profesora en
la conversación, que debe ser de mediadora y nunca convertir el dialogo en algo
rígido, cerrado y dirigido.

Perfecto.
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